25 de septiembre de 2012

Sobre Santiago de Compostela y Galicia...

Boa tarde:

No es quizá el lugar más adecuado para ponerme a hablar de mis sueños pero esta noche tuve uno nítido, concreto, bonito, pacífico, local y que transcurría en Santiago de Compostela o en algun punto de Galicia cerca de Santiago. Uno de esos sueños que recuerdas porque, indirectamente, hablan de lo que te gusta, lo expresan en imágenes y le dan movimiento y hasta sentido... y a mi, está más que claro, y lo sabeis los que me leeis, me gusta Galicia.

Bajábamos por Pontepedriña hacia el suroeste de Compostela, quizá hacia el Val da Mahía, o hacia Noia, sin rumbo. Serpenteábamos en un bus bajando de nivel y adentrándonos cada vez más en el bosque típico de Galicia, la fraga, y recorríamos de forma paralela el curso de un río, también muy gallego, con abundante agua y frondosas orillas, verdes en todas sus tonalidades, más arboles, abedules, carballos (robles), algún sauce lloron. Apenas había tráfico y la carretera estaba perfectamente integrada en el paisaje y nos acercábamos, y pasábamos con mucha calma como con un tiempo infinito, a lo largo de pequeñas casas gallegas, en piedra, de dos plantas,  y abiertas naturalmente por un lado, como si las hubiesen cortado desde arriba por la mitad y se podía observar la vida que se hacía de "puertas adentro". Enfrente había hornos encendidos, hornos en piedra,  con llama viva y maderas de la zona cortadas en largas ramas. Las mujeres, no habían hombres, tenían ya bastantes años y se dedicaban a la elaboración de quesos. No nos invitaban directamente a hospedarnos en sus casas pero de alguna forma eramos bienvenidos y el blanco del queso, de la leche iluminaba todo este marco...Vestían trajes gallegos, muy limpios, muy estudiados. Hasta diría que con un toque holandés...

Que bonito es soñar. Y sí, los gallegos somos misteriosos, imaginativos, nostálgicos. Y diría que hasta místicos.

Felices sueños a todos y, si quereis y podeis, soñad con Galicia

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